nuestra historia
tradición, esfuerzo y visión de futuro
Desde 1989, esta tierra ha sido parte de nuestra familia, testigo de nuestros sueños y del esfuerzo constante por transformarlos en realidad. Lo que comenzó como un pequeño proyecto familiar ha evolucionado con los años, gracias a nuestra pasión por el café y al compromiso de preservar nuestras tradiciones mientras innovamos para el futuro.
En 1993, contábamos con un modesto chancador manual que utilizábamos para procesar pequeñas cantidades de café: la granea, la recolección y la repela. Este café era destinado tanto a nuestro consumo como a la venta local. Sin embargo, en aquel entonces, el resto de nuestra cosecha debía ser entregado a grandes beneficiadores, ya que no teníamos los medios para procesarlo completamente.
Todo cambió en 2005, cuando decidimos dar un paso adelante. Con mucho esfuerzo y dedicación, mejoramos poco a poco nuestro equipo de beneficiado. Para la cosecha 2007-2008, cumplimos con las directrices del ICAFE y obtuvimos nuestro código propio, abriendo así las puertas para competir en igualdad de condiciones con otros productores. Fue entonces cuando participamos por primera vez en la prestigiosa competencia Taza de Excelencia 2008, y para nuestra sorpresa y orgullo, ¡obtuvimos el primer lugar!
Este logro no habría sido posible sin el trabajo conjunto de nuestra familia: mi madre, mi hermana y su esposo, así como mi esposo y yo. Nuestro café fue tratado con el máximo cuidado, desde la recolección del grano en su punto óptimo de maduración hasta su secado al sol en camas africanas, moviéndolo constantemente para alcanzar la humedad perfecta. Todo este proceso artesanal, junto al esfuerzo de quienes nos acompañaron en esta travesía, nos llevó a recibir este distinguido reconocimiento, una de las mayores alegrías de nuestra historia. Después de 2008, nos enfocamos en perfeccionar nuestros procesos para alcanzar niveles aún más altos de calidad. En 2013, regresamos a la competencia Taza de Excelencia con dos lotes especiales: “Los 5 Hijos”, un homenaje a los cinco pequeños que llenan de vida nuestra finca, que obtuvo el 13.° lugar, y “El Beneficio”, que alcanzó el 5.° lugar. Ambos resultados reforzaron nuestra pasión y nuestro compromiso de seguir produciendo café excepcional.
Poco después, sucedió el milagro de que por polinización natural entre nuestras plantas de catuaí rojo y cuatuaí amarillo, empezamos a obtener catuaí naranja. La producción de este café lograba una taza de alta calidad con un sabor único y amandarinado. Así, volvimos a participar en el prestigioso concurso, ganando el 19°, el 8° y 7° lugar, probandole al mundo que mantenemos nuestros estándares de calidad y que nuestro café siempre obtiene de las notas más altas en el país.
Hoy, seguimos dedicados a mejorar cada día, experimentando con nuevos procesos y técnicas que nos permitan alcanzar nuevamente la excelencia. Pero nuestros sueños van más allá del café. Estamos comprometidos no solo con la producción de café de calidad, sino también con diversificar nuestra finca y convertirnos en un referente de turismo rural y en el cultivo de pauwlonias para madera sostenible.
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Esta es la historia de nuestra finca, una historia de pasión, esfuerzo y visión. Queremos compartir con ustedes la esencia de lo que hacemos y, con su apoyo, continuar escribiendo nuevos capítulos en este camino hacia la excelencia y la sostenibilidad.
